Las sanciones contra Venezuela impuestas por Estados Unidos hace casi un lustro han dividido a empresarios y sectores opositores entre quienes piden su levantamiento para frenar el impacto económico; y los que abogan por su continuidad para presionar al Gobierno.
Recientemente, un grupo de académicos, investigadores, empresarios y activistas envió una carta al presidente de EE.UU., Joe Biden; en la que pidieron que continuara con «negociaciones sustantivas y productivas para resolver la crisis venezolana»; enfocadas al levantamiento de las sanciones, que «no lograron su objetivo» de sacar del poder a Nicolás Maduro.
La misiva fue muy criticada por otro sector opositor; que envió una carta en la que se exige que las sanciones se refuercen para evitar que se perpetúe la «tiranía2»; ya que no consideran que la crisis sea producto de estas medidas, sino de «los robos» de fondos destinados a mejorar los servicios.
LAS SANCIONES, «UN TREMENDO DAÑO»
El economista Víctor Álvarez explicó a EFE que las sanciones aplicadas desde 2017 han hecho «un tremendo daño a la economía y a la sociedad» por sus efectos no solo a las empresas públicas; sino también a las compañías privadas y organizaciones humanitarias.
«A las empresas privadas les han cerrado cuentas en EE.UU., en los bancos y en el sistema financiero de los EE.UU., han perdido líneas de crédito. Los proveedores, que les vendían materias primas, insumos, repuestos, maquinarias (y) equipos, sencillamente no quieren tener negocios con Venezuela»; detalló Álvarez.
Señaló que la «crisis de los servicios» se ha agravado debido a que las empresas públicas de electricidad, agua, gas y de telecomunicaciones también perdieron a sus proveedores.
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En su opinión, sería «absurdo» argumentar que las condiciones socioeconómicas han mejorado gracias a unas medidas que fueron aplicadas con el objetivo de «ahogar financieramente al régimen y golpear la economía y la sociedad para que el descontento conduzca a un estallido social que tumbe al Gobierno».
Cinco años después de la imposición de las primeras sanciones -explicó- estas aún «no han cumplido el objetivo» de «derrocar» a Maduro, quien «está más atornillado que nunca», mientras la oposición «luce muy dividida y debilitada».
Las sanciones, consideró, también han dado al Gobierno el «pretexto perfecto para construir toda una narrativa de resistencia épica antiimperialista».
A FAVOR DE LAS SANCIONES
El economista Omar Zambrano, contrario a Álvarez, consideró que existe «una coincidencia temporal entre la vigencia de las sanciones sectoriales y el renacimiento de la actividad económica venezolana; que venía arrastrando casi ocho años de recesión»
Zambrano dijo a EFE que Venezuela ha visto mejorar, en los últimos tres años, el nivel de su actividad económica, produciendo «unos niveles mayores de bienestar»; pese a las medidas coercitivas.
Indicó que los ingresos per cápita en dólares desde 2020 se «han recuperado más del 100 %» y que, a partir de 2017, han crecido «los niveles de importación de medicinas y alimentos por la recuperación del sector privado»
«Pasó lo peor de la crisis, y la economía, los sectores y los indicadores socioeconómicos de Venezuela empiezan a recuperarse en un ambiente donde hay sanciones (…) la crisis se formó sin sanciones y con sanciones estamos saliendo de la crisis», aseguró.
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